Hola a todos.
Trás el primero de los artículos publicado hace 15 días, hoy continuamos con la serie sobre incidentes críticos, que no son más que situaciones reales de la vida cotidiana que nos ayudan a comprender las diferencias culturales que existen entre las cultura alemana y el resto de culturas. Para ello y como ya comentábamos hace 2 semanas, contamos con la colaboración de Natalia Pérez de Herrasti, conferenciante, formadora, escritora, investigadora, periodista especializada en temas de interculturalidad.
Hoy nos vuelve a hablar de la temática "¿Pedir u ofrecer?" a través de la traducción de un extracto del trabajo de investigación de Steffen Möller, “Viva Polonia”, relato de un alemán que vivió en Polonia. Os dejamos con este nuevo incidente crítico, esperamos que lo disfrutéis y lo comentéis.
Antes de ir a Polonia yo era un modelo de hospitalidad alemana. Mi amigo Klaus de Wuppertal, que me visitaba frecuentemente en Berlín, lo puede confirmar. Cuando, tras viajar 6 horas, subía por la escalera de mi casa yo le recibía en la puerta y le decía: “¡Qué bien que hayas venido Klaus. Yo tengo que irme. He quedado para ir al cine. Ya sabes dónde está la nevera. Una cosa te pido: no te bebas toda la cerveza. Si quieres dormir coge el saco de dormir que está en algún lugar del armario. Hay que ventilarlo un poco. ¿Has traido una colchoneta aislante? Si no la alfombra está bien para dormir. Ah. Si quieres llamar por teléfono escribe los minutos ¿vale? Y no dejes la luz encendida mientras hablas.” Y Klaus volvía a mi casa una y otra vez encantado de la vida. ¿Qué otra alternativa tenía? Sólo conocía a otra persona en Berlín: Sven Stelzenbauer. Y él le cobraba 50 peniques por cada ducha que se daba. En mi casa podía hacerlo gratis. En Polonia he aprendido que mi concepto de hospitalidad no es tan apreciado por todos como lo era por Klaus. Lo comprendí cuando un conocido, Marek, me visitó en mi piso de Varsovia. Después de charlar amigablemente dos horas en la cocina, Marek cogió el vaso con los palitos salados (Salzstangen) y me miró pensativo. “3 palitos salados… Oye Steffen. ¿Esperas a alguien?” Hoy todo eso me da un poco de vergüenza. Prometo que en cuestión de hospitalidad me he transformado por completo. Cuando saludo en el pasillo beso a las mujeres tres veces en la mejilla y a los hombres les cuelgo el abrigo. Antes de pedirles que pasen al salón les pregunto si quieren té o café. Esto a mis huéspedes alemanes les asombra bastante. Uno hasta me preguntó cuánto costaría el té. Cuando mis huéspedes son polacos, además de té les sirvo tarta. A los alemanes, menos mal, no hay que darles de comer. Vienen comidos de casa porque no esperan que les ofrezca nada. Hay un ritual propio de la hospitalidad polaca que uno debe conocer. Torpe como era yo al principio preguntaba a mis huéspedes: ¿Tenéis hambre? ¿Os apetece un trozo de tarta? La respuesta era invariablemente: “No, gracias.” La verdad es que me sorprendía pero no le daba más vueltas y me comía la tarta yo solo. ¿Yo qué sabía? En Alemania sí, significa, sí y no, no. Hoy se me ponen los pelos de punta sólo de pensar cuántos polacos se fueron de mi casa muertos de hambre y ofendidos. A un polaco hay que ofrecerle 3 veces para que finalmente acepte la comida que le ofreces. La primera vez debe decir que no. Sería una grosería para ellos lanzarse ansiosamente sobre la comida a la primera. La segunda vez debe rechazar la oferta también, sólo por guardar las formas, ya que decir que sí revelaría que la primera vez dijo que “no” sólo para hacerse de rogar. Sólo cuando el anfitrión ofrece la tercera vez y ya en un tono casi militar, maldita sea, haz el favor de tomarte ya este pedazo de tarta, se decide a comer fingiendo hacerlo contra su voluntad. „Bueeeno, valeeeee, trae pacá.“ Y a la velocidad del rayo me vacían la nevera.(...) Y ya no parece que coman por hambre sino por compasión. En: Steffen Möller, Viva Polonia. (Trad. de la A.)Accesorios para Jeep
La hospitalidad alemana vista por un alemán converso
Trás el primero de los artículos publicado hace 15 días, hoy continuamos con la serie sobre incidentes críticos, que no son más que situaciones reales de
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2020-05-23

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